Hace una semana, el mundo se escandalizó por el hallazgo de 72 cadáveres de inmigrantes latinoamericanos que habían sido fusilados por el crimen organizado mexicano. Aunque impactante, la masacre sirvió para volver la atención a un problema que día a día va en aumento, pese a los esfuerzos hechos por el Estado para controlar la violencia extrema.
Las miradas sobre lo que sucede en ese país son variadas, pero coinciden en las nefastas consecuencias que la inseguridad ha acarreado a una población que asiste a más velorios y funerales que a festividades públicas.
“La violencia es lo que la sociedad vive con más intensidad, casi tanto como el desempleo o el mal desempeño de la economía”, comenta el historiador y analista mexicano Lorenzo Meyer. Aunque comparte esta opinión de Meyer, Lucia Dammert, directora del Programa Seguridad y Ciudadanía de Flacso-Chile, puntualiza que son sólo algunos estados y ciertas ciudades dentro de estas reparticiones administrativas los que padecen el calvario de vivir entre criminales sin dios ni ley (ver recuadro).
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Muy bien sitio.
ResponderEliminarTe invito a conocer el mío
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