miércoles, 4 de agosto de 2010

Revisando el Plan de Seguridad de Piñera

Finalmente el gobierno dio a conocer su Plan de Seguridad Pública 2010-2014 en el que se proponen dos metas centrales: Reducir la tasas de hogares víctimas de un delito en 15% y el número total de delitos en el espacio público en 25% para fines del 2013. Es decir se propone disminuir en 188 mil los hogares víctimas y 320 mil los delitos en el espacio público, lo que sin duda es significativo. Esta sola definición muestra que el avance en la profesionalización del problema de la seguridad pública es sostenido, al igual que con la Estrategia Nacional del Gobierno de Bachelet, se proponen metas numéricas, reconocimiento de los focos del problema y mecanismos claros para enfrentarlos. Ciertamente, este tipo de compromisos no se ven en ningún país latinoamericano e incluso en los países desarrollados las metas propuestas son más bien de mediano plazo.

La propuesta del gobierno es un documento de Estado, sólidamente escrito, reflexionado y pensado. Las famosas metáforas de la puerta giratoria o  la tercera es la vencida juegan un rol limitado en el documento que más bien se centra en una perspectiva integral de prevención, control y rehabilitación para enfrentar el problema. En este sentido el documento no muestra una diferencia sustancial con lo definido por los gobiernos anteriores, muy por el contrario avanza sobre los aprendizajes del pasado. Pero aún más, en su primera pagina se afirma “se trabajara por construir por un país que tenga menos delitos y menos chilenos en las cárceles”. Declaración que estuvo ausente en gobiernos anteriores, probablemente por el temor que la oposición los declare de mano blanda o buenos con los delincuentes.



El Plan de Seguridad de Piñera  ordena la mirada de las políticas de seguridad pero deja también abierta la interrogante de cómo se logrará gestionar con rapidez y eficacia para que los programas propuestos tengan impacto y que el debate más electoral sobre la delincuencia no gane terreno. Si bien no queda claro si los programas ahí definidos son continuación de aquellos desarrollados en gobiernos anteriores o diseños específicos de este gobierno, es evidente que se ha buscado generar una parrilla clara y especifica para cada uno de los objetivos propuestos.

Aún quedan diversas interrogantes: En primer lugar sobre la institucionalidad a cargo del tema, la conformación del nuevo ministerio de interior y seguridad, las responsabilidades sobre cada uno de los programas y especialmente la definición de las áreas que estarán a cargo del trabajo conjunto con las instituciones policiales en este nuevo organismo. Poco se dice también de la regulación efectiva de la industria de la seguridad privada y los mecanismos que se utilizarán para proteger a los clientes de dichos servicios. 

Con relación al trabajo policial, se extraña una mayor profundidad en las propuestas respecto por ejemplo a aumentar la efectividad de las detenciones, asegurar la coordinación con los gobiernos municipales, mejorar la coordinación entre ambas fuerzas especialmente en regiones. La consolidación del plan cuadrante puede tener impacto sobre las metas inicialmente propuestas pero aún queda pendiente conocer cuales serán los mecanismos gubernamentales para medir dicha eficacia.

Las propuestas para el sistema penitenciario son muy limitadas, una de las medidas propuestas en el consejo asesor penitenciario del Ministerio fue buscar alternativas para los más de 10 mil reclusos que cumplen condenas menores a un año. El camino es interesante pero en este tema parece ser una declaración de buenos principios académicos más que una orientación clara de política pública.

Más allá de estas preocupaciones la propuesta es un marco orientador de lo que podría desarrollar el presente gobierno en seguridad pública y como tal entrega una visión moderna y basada en la evidencia sobre los mejores caminos para avanzar en la prevención y control del delito. Ahora, la tarea principal se centra en la gestión gubernamental, aquella que fue duramente criticada por la Alianza cuando era oposición por sus limitados avances, permanentes vaivenes e incluso dispares resultados. El gobierno no puede dejar pasar ni un día más para empezar a implementar todas y cada una de las medidas propuestas, las metas serán un elemento clave de análisis en el breve plazo propuesto así como la efectividad de los programas planteados.

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