martes, 15 de junio de 2010

¿Ganando la batalla contra la droga?

Se viene la segunda vuelta y con ella deberíamos estar obligados a poner temas claves en debate. Uno de ellos es el incremento del consumo de drogas y los limitados éxitos que tienen las políticas implementadas. Consumo que trae de la mano aumento de la violencia en los hechos delictivos, serios problemas de salud mental en grupos de la población y costos sociales relevantes para las próximas generaciones.

La legalización es imposible debido a la presencia de múltiples convenios internacionales que lo impedirían. En el otro extremo, las respuestas policiales han demostrado su limitado o casi nulo impacto. Por lo que se torna urgente definir iniciativas para enfrentar un problema social grave que requiere de políticas de largo aliento, sustento político y económico, así como apoyo social.

En la búsqueda por informarnos mejor y mejorar el debate aparece la experiencia de Portugal que en el año 2001 descriminalizó el consumo de todo tipo de drogas (incluida la heroína). No confundir con legalizar el consumo y mucho menos el tráfico, pero el primero no será castigado con penas de cárcel sino con multas administrativas principalmente. Se dijo que esta política aumentaría el consumo y generaría paraísos de droga en Lisboa, felizmente nada de eso ha sucedido. Por el contrario, 8 años después de su inicio en un reciente informe publicado por el instituto Cato, más conocido por su cercanía con el partido republicano en USA, reconoce su importante éxito.


¿Qué se puede aprender? En primer lugar es cada vez más claro que la criminalización del consumo de drogas es un error, que responder a un problema de salud pública con policía y cárcel no colabora en su solución . Por el contrario la necesidad de fortalecer la prevención primaria con mecanismos de inclusión de los posibles adictos es clave para políticas exitosas. En segundo lugar, los adictos no reconocen su problema por temor a ser encarcelados o estigmatizados por la sociedad, una vez reconocido como problema social, aumentaron los pacientes que reconocieron y estuvieron dispuestos a entrar en tratamiento. Aún más relevante es que las muertes vinculadas con las drogas han disminuido sustancialmente en el mismo periodo.

La experiencia de Portugal será sin duda un caso importante a seguir en los próximos años, la gravedad del problema en nuestro país requiere de acciones inmediatas y por eso se podrían discutir por lo menos cuatro claves para empezar a enfrentar el problema de las drogas y la inseguridad ciudadana con mayor efectividad. (i) definir programas de prevención temprana para grupos en riesgo (especialmente niños vulnerables debido a condiciones familiares o individuales), (ii) establecer programas de apoyo permanente para las familias de consumidores que se encuentran en la cárcel para evitar la transmisión generacional de la adicción, (iii) establecer exigencias para que las cárceles públicas y concesionadas entreguen programas serios y de larga duración para enfrentar adicciones, (iv) avanzar hacía sistemas de cobertura de salud donde la adicción pueda ser enfrentada por la población más pobre. Finalmente en el plano institucional asegurar una completa y constante coordinación del CONACE con el Ministerio de Salud en la definición de las políticas preventivas así como una mejor capacidad de los gobiernos locales para identificar, derivar y tratar los casos problemáticos.

Ojala que algunas medidas concretas y programáticas se puedan discutir en lo que queda de campaña política. El cambio de la política que se requiere no sólo es de rostros sino también de contenidos, empezar por definir posiciones y políticas sobre el consumo de drogas podría ser un buen primer paso

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